Paula es una empresaria de Uruguay. Vive en Barcelona desde 2018 y en este artículo nos enseñará a cocinar Crema Catalana.
Mi nombre es Ana Paula Presa, tengo 32 años, soy uruguaya y nací en Montevideo. De profesión soy contable, pero la cocina siempre me ha apasionado desde que era pequeña. Me gusta mucho cocinar, pero también disfruto haciendo yoga, paseando al aire libre y estando rodeada de amigos.
Llegué a Barcelona en julio de 2018 después de haber viajado por Asia durante 6 meses. Sentí que Uruguay me quedaba «chico» y viajar fue la excusa para probar suerte en el exterior y finalmente instalarme en Barcelona, fue amor a primera vista. Ya conocía la ciudad, pero siempre como turista. Vivir aquí me hizo conocer Barcelona desde otra perspectiva y me sentí como en casa.
Cuando llegué, mi pareja y yo queríamos probar otra vida, dejar atrás la oficina y la rutina, ahí empezó la odisea: hacer el típico papeleo, buscar trabajo, encontrar un lugar donde vivir, etc. De ahí surgió la idea de probar suerte en el mundo gastronómico, que era lo que siempre me había gustado. Mi temor era no poder encontrar nada, ya que no tenía estudios amplios en la materia, aparte de cursillos y autoestudio sobre el tema.
Para mi sorpresa, enseguida encontré trabajo en una pastelería donde pasé dos años encargándome de hacer la repostería del local a diario. Fue una experiencia de aprendizaje enorme para mí, y también entrar en ese mundo que había conocido de niño en Uruguay.
Cuando llegó el Covid, también surgió la idea de emprender. Ya había empezado un negocio en Uruguay a los 19 años, hacía tortas decoradas y las vendía por internet y a conocidos, pero el emprendedor siempre estuvo en mi cabeza y en mi alma.
Así será en 2020
MI DESAYUNO MOLA
nació. Opté por una idea gastronómica totalmente casera, donde mi concepto era sorprender a los clientes con cajas llenas de comida casera y que les recordara a la comida que hacían en casa.
Mi motivación siempre fue sorprender, mimar, con algo tan sencillo como la comida. Me pareció que había un gran nicho para la comida casera, especialmente los desayunos a domicilio. Me pareció que podía añadir valor y darle mi toque.
Así empezó y de a poco fue creciendo, al principio sólo ofrecía distintos tipos de desayunos en caja, pero después me empezaron a pedir alfajores y tortas. Entrar en la comunidad uruguaya/argentina fue lo más fácil ya que compartimos sabores muy parecidos, mi mayor reto fue llegar a clientes de todo el mundo, incluidos los catalanes.
Las redes sociales fueron mi aliado para las ventas y el crecimiento, pero también rodearme de gente que podía ayudarme donde yo no sabía. Al principio uno es el jefe, el cocinero, el limpiador, el gestor de la comunidad, el encargado de organizar los pedidos, el fotógrafo, la entrega, etc. Pero con el tiempo fui capaz de delegar ciertos puntos y rodearme de gente magnífica que me ayuda en los momentos de mayor intensidad de trabajo.
El año pasado empecé a hacer catering para empresas y eventos, lo que supuso otro gran reto para mí, no sólo por el tamaño, sino también por el tiempo. Ha sido un gran éxito y podría decirse que a corto plazo lo estoy ampliando a más oficinas y más eventos.
Me encanta la gastronomía española, es muy parecida a la nuestra, los sabores mediterráneos son increíbles. Tanto la cantidad de oferta como la variedad de alimentos y precios hacen de Barcelona uno de los lugares, en mi opinión, con mayor variedad gastronómica.
Siento que Barcelona es una ciudad super cosmopolita, y me he dado cuenta que la cantidad y mezcla de cultura hace que la ciudad sea especial y creo que en parte es el gran atractivo turístico. Me encanta la playa y su costa, he tenido la oportunidad de viajar mucho por España y puedo afirmar que ¡la Costa Brava catalana es única!
Recomiendo el postre típico de aquí: La Crema Catalana. Esta es mi versión, ¡hay tantas recetas como variedades de lugares donde probarlas! Algunos lo sirven frío o tibio. Me gusta caliente con el caramelo recién quemado.
Mi receta:
450 g de leche entera
100 g de azúcar blanco
30 g de almidón de maíz
5 yemas de huevo
90 g de mantequilla cortada en dados
Opcional: vainilla/canela/limón/cáscara de naranja
1-Calienta la leche, la canela, la ralladura de limón y la vainilla en un bol hasta que hierva.
2-Mezcla en un bol aparte (sin batir) las yemas, el azúcar y la fécula.
3- Una vez que la leche haya hervido, añadirla suavemente a la mezcla de yemas, colándola para que no se incorporen la canela y la ralladura de limón.
4-Vierte ambas preparaciones en un bol y vuelve a poner a fuego lento, removiendo todo el tiempo con una cuchara de madera. No podemos dejar de remover para evitar que se pegue. Cuando notemos que está espeso y que su textura ha cambiado, lo retiramos del fuego.
*Consejo: para saber que la crema está lista, hacemos un surco con el dedo en la cuchara de madera. Si el preparado permanece intacto, entonces está listo. Si observamos que el surco se une, aún le falta un poco.
5- Añadir la mantequilla cortada en dados y remover hasta que se disuelva. hacerlo rápidamente para que el calor derrita nuestra mantequilla. Aquí puede utilizar un batidor de alambre.
6-Vertemos el preparado en un bol de cristal y lo cubrimos con un papel film a pelo, es decir, sin dejar aire en el preparado, así evitamos que se forme la capa. Lo metemos en la nevera hasta que se enfríe.
7-Puedes servirlo en los típicos potes de crema catalanes, añadir azúcar por encima y quemarlo con un soplete.
¡8-Disfruta!
Puedes encontrar más información sobre Paula y su proyecto en su cuenta
@midesayunomola
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